jueves, 9 de diciembre de 2010

Cuentos de princesas



Caminar por la calle y que comience a llover,parar y en silencio sentir como la lluvia cae y te envuelve. Seguir caminando, que un coche pase y te moje a causa de un charco, y no enfadarte, es más reírte. Ahora que estas empapada saltar en los charcos y llorar de la risa, al ver como te miran los demás. Disfrutar, como cuando eres niña, sin pensar en el que dirán, sentir como la niña pequeña que llevas dentro sale a pasear contigo y te agarra de la mano, te contagia su inocencia, su felicidad...
Convertirte en una princesa atípica que le da igual mancharse, que puede ir en vaqueros aunque siempre busque a su "príncipe azul", pero no para que la rescate, si no para que juntos, venzan dragones, trepen por torreones y rescaten a nuevas princesas que puedan buscar a sus príncipes y elegir,porque quizás quieran un príncipe verde quien sabe...
El problema de los cuentos es que, ¿alguien sabe qué pasa tras el dulce final?,imaginemos que Peter Pan quería crecer y los demás no le dejaban, que el sapo jamás fue príncipe, que la sirenita con piernas no fue feliz, que la bestia no cambio de forma y que si no hubiese escuchado a Pepito Grillo, la historia de Pinocho habría sido mejor....
¿Qué pasa con estos personajes, serian infelices? NO
Cada uno escribimos nuestras historias, quizás a Wendy le habría gustado envejecer con Peter,nadie sabe si la princesa quería estar con un sapo, si quizás el príncipe Eric, tendría que haberse comprado un barco,en realidad puede que a Bella le gustaran los tipos peludos y Pepito tendría que callar y escuchar a Pinocho,seguro que se habría sorprendido...
Viva los cuentos raros, las personas extrañas que piensan en todas las posibilidades y siempre buscan más.

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